Tener ‘éxito’ en el trabajo
El éxito está relacionado directamente con el
poder monetario que se posee, dicho de otra forma, son las altas sumas de
dinero. Esto no significa felicidad ni una vida plena, serlo muchas veces no
vincula ‘lo grande que tengamos la billetera’.
Poseer un gran imperio o algún puesto gerencial
dentro de este, significa muchas veces sacrificar momentos, independencia y una
gran dosis de estrés. La vida feliz no es posible asociarla con un ‘empleo
bueno’, las nuevas generaciones comprenden mejor esto, prefieren emprender en
pequeños negocios, ganándose menos que si se emplearán, pero valorando más su
autonomía, su creatividad y su crecimiento.
Un talentoso ingeniero de sistemas que conozco
rechazó un puesto en una multinacional colombiana. ¿La razón? No me dio ninguna
de peso, pero su respuesta fue casi textualmente como esta: “Los puestos de
trabajo tan pequeños, con una lámpara encima me recuerdan un criadero de pollos
y yo espero algo de mi vida algo más interesante que eso”[1].
Entonces, ¿es posible ser feliz en un trabajo
asalariado?, ¡SI! claro, es importante manejar un equilibrio, convertir el
trabajo en una dinámica social comprometiéndose con la ética, el respeto por el
otro y la calidad, elevando la condición humana y que permita vivir de forma
digna.
Pero el problema radica en que pocos son los trabajos
que cumplen las mencionadas exigencias, no se acata los horarios coordinados
con las necesidades personales ni con la meta laboral, la mayoría de los jefes
no son líderes, no desarrollan los potenciales de su gente, por el contrario,
produce en ellos pereza y desgano. Empresas que ven el recurso humano como ‘desechable’
pues no les importa recortar por un lado y exigir aumento de utilidad por el
otro.
Actualmente crece de manera desenfrenada un
movimiento de jóvenes, que inician con poco capital, se anuncian por redes
sociales sin costo y son flexibles. El ejército de jóvenes con hambre de éxito
cada día les roba más mercado a las grandes empresas y tiene mucho que aportar
a la economía.
Es volver a lo esencial, lo que se hizo durante
miles de años: cada uno vive de sus habilidades, lo que le permite generar
identidad y felicidad. Tener reconocimiento por el ser, hacer, fortalezas y
competencias propias. El ser la empresa pequeña y no la multinacional, permite
que los precios en que se oferten sean más justos, los productos y servicios
personalizados y satisfacción más alta para ambas partes: cliente y pequeño
empresario.
Las organizaciones grandes se quedan con los
sumisos, con los tradicionales. Los valientes, arriesgados y comprometidos con
su vida están saliendo a la calle a luchar por sus ideales de existencia.
¿Hay alguna forma de que las empresas puedan
reclutar esta masa de jóvenes altamente productivos?
Hay muchas, pero las empresas están muy
ocupadas funcionando con su viejo modelo de trabajo como para pensar en otra
cosa. Hay mucho desempleo y la necesidad hace que lleguen muchos candidatos. La
duda es por cuanto tiempo será efectivo ese modelo.
Redactado
por:
Jessica Vasquez Carvajal
Cali, Colombia
[1] CHAUX Ramon. Ser
“exitoso” en el trabajo. Don Ramón, psicología laboral. El Espectador. Publicado: 6 Ago 2017. Consultado: 08 Ago 2017. Disponible
en línea.
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